Por: Eduardo del C. Hernández
La pandemia por el coronavirus, que irrumpió al mundo el 27 de diciembre de 2019 desde la provincia china de Wuhan, visibilizó en los Estados Unidos de América el fenómeno social de deserción laboral que data de 2015, en la generalidad de los sectores de su economía, en todas las edades y todos los puestos; la «Gran Renuncia» de 20 millones de trabajadores que a diciembre de 2021 afecta a 48 de las 50 entidades; principalmente a California, Hawai y Nevada.
La Oficina de Estadísticas Laborales de la Unión Americana consigna las marcadas asimetrías en la cadena de valor; cuando menos el 50 por ciento de las deserciones se concentran en hoteles, restaurantes, y comercio; justos los segmentos menos remunerados, 7.25 dólares la hora desde hace unos años, además precarios en protección social, sindicalización, y otros. Pero con un nivel muy elevado de exigencia.
Los marginados de la fuerza laboral, principalmente mexicanos y latinoamericanos, que el Centro de Investigación Pew Research estima actualmente en un 17.8 por ciento, han optado por dejar e incluso por sacrificar más de una de sus tres fuentes de ingresos para subsistir. Aunque a la «Gran Renuncia» también se suman los niveles socioeconómicos medio.
Aventurados a la búsqueda de mejores horizontes para mejorar sustantivamente la calidad de vida y sus aspiraciones a crecer en el escalafón, quienes desertaron dejaron atrás trabajos rutinarios y forzosos de un espacio físico, por una pobre remuneración salarial. Migraron hacia actividades flexibles y de ingresos medianamente solventes, con mayor inclinación hacia lo tecnológico y digital.
Normalmente, la jornada completa de los aún 148 millones de empleados en oficinas o centros laborales es de 40 horas semanales, y la parcial puede ser de hasta 30 horas. El horario laboral en los Estados Unidos de América suele ser de lunes a viernes, desde las nueve horas hasta las 18 horas, con una hora para comer y dos descansos de 15 minutos.
INCENTIVOS PARA RETENER A TRABAJADORES
Economista laboral de ZipRecruiter, Julia Pollak durante la entrevista concedida a The New York Times, advirtió que la abrupta reapertura de la economía estadounidense creó una gran demanda de este tipo de empleados, forzando a las empresas a ofrecer distintos tipos de incentivos, incluyendo mejores salarios para intentar llenar las vacantes ante el fenómeno de deserciones.
El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos reporta al menos 10 millones de vacantes disponibles, en su mayoría con semanas de postulación por la falta de trabajadores calificados y no calificados.
En un Mc Donald’s de Illinois en Estados Unidos meses atrás se volvió viral una oferta laboral que incluyó el regalo de un iPhone 12 a cada uno de sus nuevos trabajadores, a cambio de que se mantuvieran en su puesto por al menos seis meses.
Las cadenas de comida rápida, supermercados o tiendas de conveniencia, enfrentan problemas para completar los empleados suficientes para operar.
Los empleadores ofrecen bonos y beneficios adicionales incluyendo pago de carreras universitarias, seguros médicos, horarios flexibles, hasta dinero por sólo asistir a la entrevista, que atraigan nuevos rostros a la industria. Ofertas desusadamente que antes eran impensables.
«Hay mucha rotación en los puestos de bajos salarios donde la gente realmente no tiene una progresión profesional. Si encuentras un trabajo que te ofrece solo un poco más, cambiarlo no tiene ningún costo para ti», explicó.
MOTIVOS PARA RENUNCIAR
Anthony Klotz, profesor asociado de gerencia en la Escuela de Negocios Mays de la Texas A&M University, anticipó el fenómeno de la «Gran Renuncia». Aunque los motivos por los que cada trabajador en particular puede decidir renunciar son innumerables, afirmó que hay factores concretos que le llevaron a prever la escalada de deserciones laborales.
Además de los 20 millones de trabajadores desertores estimados durante los recientes siete años, hubo quienes tenían planes de dejar también sus cargos en 2020 y optaron por retrasar esa decisión.
«Entre 2015 y 2019, la cifra de renuncias en Estados Unidos creció año tras año, pero se redujo mucho en 2020, lo que tiene sentido debido a la incertidumbre de la pandemia. Estas personas se quedaron en su empleo, aunque querían dejarlo», razonó Klotz en su diálogo con BBC Mundo.
Detrás de la «Gran Renuncia» tiene que ver con aquellas personas que durante la pandemia se adaptaron a trabajar desde casa y ahora no quieren regresar a la oficina, aunque para Klotz se trata de un porcentaje más pequeño.
«Como seres humanos tenemos la necesidad fundamental de disfrutar de autonomía. Cuando trabajas de forma remota puedes estructurar tu jornada como quieres y tienes mucha más flexibilidad que en la oficina. Por eso, para mucha gente que no quiere perder esa libertad. Renunciar para buscar un empleo remoto o híbrido puede ser una opción».