Por: Brisa Granados
Cuanta razón tenía Simone de Beauvoir al expresar: —“Nadie es más arrogante hacia las mujeres, más agresivo o desdeñoso, que el hombre que se preocupa por su virilidad”.
Y como entre virilidades y machismo nos encontramos, sí, en pleno 2022, la lucha por mejores oportunidades laborales y pagos justos continúa, y al paso que seguimos en pie de lucha, es probable que en 70 años las mujeres de ese futuro alcancen la deseada equidad de género.
Por lo pronto debemos saber que, según la Organización Internacional del Trabajo en Latinoamérica, de mil 269 empresas que cotizan en la bolsa sólo el 4.2 por ciento de mujeres son directoras ejecutivas, y el 7.2 por ciento, ocupa cargos directivos.
En Argentina, por ejemplo, según el último informe “Women in Business”, realizado por la firma Grant Thornton, el 23 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres y el 58 por ciento de las empresas de este país cuentan con una mujer, sí, una mujer, en su grupo ejecutivo.
Por otro lado, los reportes del Banco Mundial (BM) explican que en México la cifra de mujeres en áreas directivas es del 18 por ciento y sólo el 4 por ciento se desempeña como CEO de una empresa. Las mujeres ganan, en promedio, 20 por ciento menos que un hombre que ocupa el mismo puesto.
Y en el deporte las cosas no son diferentes: de acuerdo a la Confederación Deportiva Mexicana solamente 7 por ciento de las federaciones están presididas por mujeres, esto contrasta con el hecho de que en los Juegos Olímpicos del 2004 hasta el 2012, la rama femenil ha dado al país 72 por ciento de las medallas ganadas.
En el 2020 el Informe anual de Brecha Global de Género, del Foro Económico Mundial, arrojó que sólo una cuarta parte de los representantes políticos del mundo son mujeres. Para dimensionarlo mejor: únicamente en el 44 por ciento de los 153 países estudiados en el informe ha tenido una mujer al frente del Gobierno.
Parece increíble pero la desigualdad laboral entre hombres y mujeres sigue existiendo. ¿Cuántas veces las mujeres trabajadoras nos hemos enfrentado a situaciones tan discriminatorias como que nos pidan un comprobante de “no embarazo” para darnos una oportunidad laboral? O a preguntas poco éticas como: “¿quién va a cuidar a tus hijos si te quedas con el puesto?”.
AYUDA A TUS NIÑAS
La desigualdad y violencia de género son realidades, pero lejos de espantar a nuestras niñas debemos hacerlas más fuertes y conscientes de sus obstáculos, pero también de sus fortalezas.
Mariana Bernal, psicóloga clínica y educativa de la Fundación Inspiring Girls Colombia, organización internacional para ayudar a la autoestima, expectativas laborales y personales de las niñas en edad escolar, comparte sus consejos para ayudar a su empoderamiento.
- Trabajar en su autoestima. Enseñarla a quererse, valorarse y respetarse sobre todas las cosas.
- Fomentar la seguridad y la confianza en sí misma, día a día. Debe saber que puede lograr todo lo que se proponga.
- Apoyar su auto reconocimiento: que se permita ser, sentir y pensar, tal y como ella es. Y aceptar sus errores de ser necesario.
- Incentivar que se forme académicamente y que desarrolle sus capacidades, habilidades y destrezas en las disciplinas y áreas que despierten su interés.
- Trabajar en el desarrollo de sus habilidades sociales: enseñarla a trabajar en equipo, a relacionarse con los demás, desarrollar su inteligencia emocional y capacidad de autorregulación de emociones, impulsos y deseos.
- Enseñarle a manejar y superar conflictos, así como a tener tolerancia a la frustración.
- Promover desde la infancia la equidad de género en la familia y eliminar expresiones que reproducen estereotipos machistas como: “eso es un juego de niños”, “tu hermano sí puede porque él es hombre”, “el fútbol es para los niños”, “esa es una profesión de hombres”, entre y otras tantas.
- Incentivar su independencia y emprendimiento económico para hacerle entender que no necesita depender de nadie para superarse.