Por: Sandra Luz Galaz
A la hora de buscar la igualdad de género, todo cuenta, todas suman, y mientras algunas mujeres participan en diferentes partes del mundo en grandes movimientos sociales o pretenden incidir en las políticas públicas para alcanzar la igualdad en toda la sociedad, otras hacen su aportación a través de la concientización y el ejemplo, tal vez a niveles micro, pero con la esperanza de que rindan frutos palpables y de manera inmediata.
Tal es el caso de Lorena Suarez Molín, una mujer que trasciende las fronteras, y al mismo tiempo que busca el doctorado como directora orquestal en la Universidad de Arizona en Tucson, comparte su talento y experiencia en el mundo de la música, como una cátedra para la lucha por el empoderamiento de la mujer y para la vida diaria de todas las personas.
Originaria de Quito, Ecuador, Lorena llegó hace poco más de seis años a los Estados Unidos después de radicar en Italia, donde estudió un pregrado de dirección de orquesta en el conservatorio de Florencia.
En nuestra plática encontramos a la artista:Por
“Como todos los músicos, empecé tocando un instrumento, guitarra clásica a los nueve años de edad y siguió el piano y en poco tiempo, me encontraba liderando grupos. Siempre pensé que esa posición, la del líder de una orquesta, es como un mago con poderes especiales, para poder hacer que la música sucediera”.
– Y como algo natural habla de los sacrificios que implica el tratar de alcanzar sus propias metas.
Ayuda mucho la disciplina en la vida, puede parecer rutinario, pero esa rutina permite tener orden para hacer las cosas que quiero, y la música enseña la disciplina y el trabajar en equipo.No es fácil, puede ser hasta un sacrificio, pero se hace por el amor tan intenso que se le tiene a la música. Lo difícil es empezar y entender que dedicarse a la música, es un compromiso de por vida, aquí no importan los días ni las horas.
– A diferencia de lo que sucede con los músicos, a los directores de orquesta pocas veces podemos verles el rostro o conocer sus gestos mientras “hacen su magia”, así es que aprovechamos la cercanía con Sun Magazine Arizona y planteamos el punto:
Se viven dos adrenalinas diferentes: durante los ensayos, uno se dedica a aprovechar cada minuto, no se desperdicia nada, se trabaja como robot, pero al mismo tiempo se reservan energías. Ya durante el concierto, se ven las sonrisas y todos están dispuestos a disfrutar y a dar todo lo que tienen. Además, durante el concierto sentimos cuando el público está deseoso de escuchar y los aplausos se sienten muy bien, son un gran apoyo, de hecho se necesitan esos aplausos para poder seguir.
– Lorena hizo una pausa en su agenda y nos comparte emocionada, de dónde obtiene la fuerza que se necesita para abrirse camino en el ambiente musical.
Vengo de una familia en la que, las mujeres han tenido mucha garra, sin trabas mentales. Siempre he tenido todo el apoyo y la idea de que, podemos lograr cosas grandes y de calidad. Siempre he pensado que podemos hacer las cosas de una forma distinta y, una de las características especiales, es que ponemos alma, vida y corazón en lo que hacemos.
– Y es que reconoce que como en casi todos los ámbitos, en el mundo de la música, históricamente existe la brecha entre géneros.
Se siente todos los días el rechazo. Hay culturas machistas que piensan todavía, que la mujer debe dedicarse solo a ciertas cosas. En Estados Unidos es menos, pero sí se siente el rechazo.
¡Hay que estar, constantemente probando que sí se puede y no solo por la belleza o por la imagen, sino por el esfuerzo y dedicación… y es cansado y estresante!
– Este tema lo abordamos a propósito de la conmemoración del día internacional de la mujer y, tomando en cuenta primero, el reconocimiento del que es objeto por parte de las personas con las que trabaja y que la conocen y, segundo, por el ejemplo que representa para más mujeres y para la comunidad en general.
Valoro el haber nacido en esta época, donde hay muchas oportunidades y en la que podemos desempeñar puestos de liderazgo. Valoro el trabajo de todas esas mujeres que, a través de la historia, lograron todas las libertades y oportunidades que nosotras tenemos.
– Con esperanza comenta que las cosas sí pueden seguir cambiando.
Si una mujer tiene una alumna, ella enseñará a 10 mujeres más y, no solo a mujeres, pienso que todos tenemos alguna responsabilidad de tipo educativo. La historia nos dice que las antiguas orquestas europeas eran solo de hombres y se batalló mucho para que las mujeres se integraran, ahora el género no importa, es algo más justo.
– Sin embargo, la necesidad de retribuir a la sociedad lo que ella ha logrado, no se queda solo en la lucha de géneros, sino que va más allá y piensa en la imagen y las necesidades que tiene el gremio al que pertenece.
Me encantaría una América latina que valore las artes, y que los músicos puedan tener una vida digna. Me encantaría que un proyecto pueda comenzar a cambiar esa imagen, de que el artista no tiene tanta validez. Siempre hay que pensar cómo podemos regresar todo lo que la vida nos ha regalado. Me encantaría hacer algo en el plano educativo y en las artes”.
– Recién ha pasado una presentación, pero ya ensaya para una nueva y, además se prepara para el recital final, con el que obtendrá su grado. Aun así, nuestra invitada se da tiempo para compartir la fórmula que implementa para alcanzar sus metas.
El sueño que tengo, tratar de cumplirlo. Los sueños de la infancia hay que respetarlos y tratar de alcanzarlos, y eso requiere vivir cada día con mucho esfuerzo, disciplina, vitalidad, energía y autenticidad, porque nadie quiere una copia de otra persona.
– Lorena Suarez, admira a Alondra de la Parra y Marin Alsop.
En Arizona la admiramos a ella. A la guitarrista, pianista y directora orquestal, a la mujer que hoy nos inspira.