Este 24 de junio, la Corte Suprema de Estados Unidos dio un sorpresivo giro tras anular el histórico fallo de Roe v. Wade que regía desde 1973, cuando se reconoció al aborto como un derecho constitucional de la mujer y lo hizo legal en todo el país.
Esto significa una victoria rimbombante a los intereses de los republicanos y conservadores religiosos de estados donde se pretende limitar o prohibir la interrupción voluntaria del embarazo, como Arizona.
Con esta derogación, cada una de las 50 jurisdicciones del país podrá restringir el aborto.
La decisión se asentó con una mayoría de 6 a 3. Los que votaron a favor de suprimir la consideración del aborto como un derecho, afirmaron que no corresponde con “la historia o la tradición” estadounidense.
Los jueces sostuvieron que la resolución del emblemático caso Roe v. Wade estuvo incorrectamente ejecutado porque la Constitución Nacional no menciona específicamente el derecho a abortar.
“Es el momento de acatar la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes electos de los ciudadanos”, jacta el fallo redactado por el juez Samuel Alito. La misma justificación estaba expresada en el borrador suyo que se filtró en mayo pasado.
En su escrito, Alito calificó la decisión del antecedente Roe v. Wade como “ofensivamente incorrecta” y que iba en contra de la propia Constitución. “Roe estuvo terriblemente equivocado desde el principio”, aseguró.
“Su razonamiento fue excepcionalmente débil y la decisión ha tenido consecuencias dañinas”, agregó.
Además de revocar la sentencia del caso vigente hace 49 años, también anuló la resolución de Planned Parenthood vs. Casey, de 1992, que ratificó la protección del aborto, pero dio lugar a los estados de implementar regulaciones al proceso. Alito dijo que ese fallo “perpetuó” los errores.
“Roe y Casey, lejos de lograr un acuerdo nacional sobre el tema del aborto, inflamaron el debate y profundizaron la división”, machacó Alito.
Por su parte, los tres jueces progresistas siguieron con la lógica y votaron en contra de la decisión del tribunal. En una opinión conjunta, Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan se lamentaron “sobre todo por los millones de mujeres que han perdido hoy un derecho fundamental constitucional”.
La Corte Suprema profundizó su rumbo hacia la derecha durante la Administración del republicano Donald Trump. El expresidente prometió en su campaña de 2016 que nombraría jueces para ir contra Roe.
En su periodo elevó a tres magistrados conservadores, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, quienes otorgaron una mayoría de 6-3 sobre los liberales.
Desde 2018, la corte sufrió la salida de dos defensores del aborto como fueron el conservador Anthony Kennedy y la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg. El primero se retiró ese mismo año y fue sustituido por Kavanaugh; la segunda murió en 2020 y fue reemplazada por Coney Barrett.
En tanto que Gorsuch asumió en 2017 por el difunto Antonin Scalia, otro conservador que también estaba en contra del derecho.